lunes, 23 de junio de 2014

Crêpes de rúcula

Ahora que somos hortelanos tenemos que ir dando salida a la producción, que a veces se nos desmadra. Es el caso de la rúcula, tan frondosa ella, que nos ha permitido hacer varias cosillas, como el pesto de rúcula (lo pondremos más adelante) o estos crêpes. Para el relleno también hemos tirado de acelgas congeladas procedentes del huerto. 



Para hacer los crêpes, solemos utilizar la receta de la Thermomix, pero como sólo se trata de mezclar los ingredientes y ya, con la batidora es suficiente. Hay que decir que los crepes los hace Mario porque ya les tiene el punto cogido y le quedan buenísimos. Los ingredientes para unos 12 crêpes son:


- Un manojo de rúcula (cuanta más rúcula más verdes los crêpes)
- 250 gr de harina de repostería
- 500 de leche
- 2 huevos
- 1 cucharada de aceite
- 1 pellizco de sal
- 1 poco de aceite (para engrasar la sartén)
En primer lugar mezclar los huevos y la leche con la rúcula para que ésta se triture bien, luego añadir el resto de ingredientes y darles otra pasadita con la batidora. Ir haciendo los crêpes finitos en una sartén untada con aceite (nosotros mojamos una servilleta en aceite y le vamos pasando a la sartén cuando va haciendo falta). Nos sobraron unos cuantos crêpes y los congelamos, ya hechos, separados con papel de horno. Al sacarlos del congelador los calentamos en el microondas (aunque también se pueden pasar por la sartén). No están como recién hechos, pero para un apuro tan buenos que están.


Para el relleno, se pueden hacer cantidad de cosas, para estos sofreímos un poco de cebolla, añadimos un calabacín mediano partido en cuadritos, langostinos troceados y acelgas troceadas en crudo.
Cuando la verdura y los langostinos están guisados añadimos un poco de queso de untar (light) y un poquito de leche, revolvemos bien y salpimentamos (la leche permite que el queso funda mejor y no quede muy apelmazado el relleno, le da casi casi textura de nata, y además es más bajo en calorías).
Y ahora se rellenan los crêpes y a comer... 
La rúcula desmadrada en primer plano